jueves, 13 de septiembre de 2012

"Gauguin" y el viaje a lo exótico


Coincidiendo con la celebración del 20° aniversario del Museo Thyssen-Bornemisza presentará, a partir del 9 de octubre de 2012, la exposición "Gauguin" y el viaje a lo exótico.
Hace más de seis años con la exposición "Gauguin y los orígenes del simbolismo" (Museo Thyssen Bornemisza y Fundación Caja Madrid, otoño 2004), dió a conocer la importancia de Paul Gauguin en la transformación del arte europeo, desde el impresionismo al simbolismo, a partir de un primitivismo inspirado en la cultura popular de Bretaña. 
"Gauguin" y el viaje a lo exótico arranca donde terminaba aquella primera muestra con la huida de Gauguin a Tahití, donde reconquistó el primitivismo por la vía del exotismo.   
Con ésa huída de Paul Gauguin a Tahití hace de hilo conductor por la cuál la muestra descubrirá la forma del viaje hacia mundos supuestamente más auténticos, que produjo una renovación en el lenguaje creativo, y en que medida ésta experiencia condicionó la transformación de la modernidad. 
Gauguin en su viaje recorrerá un itinerario que comienza con las  experimentaciones artísticas en los Mares del Sur y continúa con las exploraciones de artistas posteriores como  Emil Nolde, Henri Matisse, Wassily Kandinsky, Paul Klee y August Macke, con el objetivo de dar a conocer la impronta de Gauguin en los movimientos artísticos de las primeras décadas del siglo XX. 
Con la curaduría de Paloma Alarcó, jefa de Conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen -Bornemisza, la exposición presentará 111 obras cedidas por museos y colecciones de todo el mundo, como la Fondation Beyeler de Basilea, el Albertina de Viena, el Bellas Artes de Budapest y la National Gallery of Art de Washington, más préstamos de relevancia de otros museos como las obras de Paul Gauguin Matamoe (Muerte. Paisaje con pavos reales) (1892) del State Pushkin Museum of Fine Arts de Moscú; Dos mujeres tahitianas (1899) del Metropolitan Museum of Art de Nueva York o Muchacha con abanico(1902) del Museum Folkwang de Essen. 
También se destaca la contribución de la Fundación Nolde que ha prestado seis acuarelas del artista de la serie Nativos de los Mares del Sur (1913-1914)  del Centre Pompidou de París con una importante representación de obras del legado de Kandinsky.  
Con el Primitivismo Gauguiniano se encuadra el contexto del debate en torno al primitivismo en el arte moderno, y el interés de los artistas por explotar sus posibilidades formales y su potencial antimimético –esencial en la evolución de los lenguajes artísticos de las vanguardias–  que se abordarán en ésta exposición desde un nuevo enfoque: de la experiencia viajera a lo exótico en el contexto del cosmopolitismo colonial. 
El interés de los artistas por viajar a tierras lejanas surgió a finales del siglo XVIII como fruto de la pasión romántica por la aventura y la curiosidad científica de los más ilustrados. 
El viaje artístico al norte de África comenzó con el obligado Grand Tour en donde lo exótico sumó a ser considerado no sólo un estímulo para la imaginación artística, sino también una nueva forma de enfrentarse a la vida. 
A los finales del siglo XIX, el creciente escepticismo en la sociedad moderna desató un deseo irrefrenable de recuperar la inocencia, de rencontrarse con el propio yo fuera de los convencionalismos occidentales, y ése sentimiento excitó en los artistas el deseo de viajar a los confines con la esperanza de encontrar en los lejanos paraísos, la última oportunidad de salvación del arte, y si hay un artista que lo personifica mejor que ningún otro, ése impulso es de Paul Gauguin.  
La breve pero intensa estadía de Gauguin, junto al pintor Charles Laval, en Martinica en 1887, supuso un giro transcendental en su carrera y ésta primera experiencia artística ante la frondosa naturaleza tropical y el encanto de la gente que vivía en la isla, lo cambiará y enamorará definitivamente en su personal lenguaje pictórico, que tomará forma propia en obras como las que inspiraron todos sus trabajos.
En Oceanía, Gauguin  volcó en la deslumbrante naturaleza y la cultura maorí, en proceso de elaboración con su particular estilo sintetista, construido mediante grandes superficies de color y un profundo contenido simbólico y mítico, así pinta Matamoe (Muerte con pavos reales) (1892),  Dos mujeres tahitianas (1899) o  Mata mua (Érase una vez) (1892). 
En todas ellas, la exuberancia salvaje de la isla se convierte en una utópica Edad de Oro cargada de fragancias florales y explosiones cromáticas. Pero al estar viviendo en la naturaleza trópical que son lugares donde el Paraíso y la perdición están próximos uno al otro, y trás un progresivo deterioro de su salud física y mental, las composiciones de Gauguin se vuelven más misteriosas y siniestras ya que su deseado Paraíso tahitiano se  convierte en el Paraíso perdido.
Sin embargo la atracción por lo exótico subsiste como manifiesto de una nueva relación de los artistas con la etnografía que defendía el etnógrafo francés Victor Segalen (1898-1919) al expresar: “no nos preciemos en asimilar las costumbres, las razas, las naciones, de asimilar a los demás; sino por el contrario, alegrémonos de no poder hacerlo nunca; reservémonos así la perdurabilidad del placer de sentir lo Diverso”. 
Gauguin y los pintores expresionistas se sintieron atraídos por la “incomprensibilidad eterna” de la naturaleza en la cuál se manifestaron, la extrañeza irreductible de las culturas exóticas, de sus costumbres, de sus rostros, de sus lenguajes como en Muchacha con abanico (1902) de Gauguin o el famoso desnudo de Kirchner.
Las diversas exposiciones de Gauguin que se celebraron tras su muerte en 1903, sirvieron para dar a conocer las innovaciones de su pintura a las nuevas generaciones de artistas contemporáneos. 
El 8 de octubre se realizó la inauguración oficial con invitados especiales y la presencia del Rey Juan Carlos y la Reina Sofía.
Muestra;  "Gauguin" y el viaje a lo exótico. 
Organiza: Museo Thyssen-Bornemisza. 
Sede y fechas: Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza, del 9 de octubre de 2012 al 13 de enero de 2013.
Curaduría de Paloma Alarcó, jefe de Conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen-Bornemisza. 
Curaduría técnica: Marta Ruiz del Árbol, Área de Pintura Moderna del Museo Thyssen-Bornemisza. 
Dirección: Paseo del Prado 8. 28014, Madrid.  
Horario: de martes a domingo, de 10.00 a 19.00 horas. Sábados, de 10.00 a 22.00 horas
Sitio: www.museothyssen.org
Ver otros portales relacionados; www.e1000tsf.wordpress.com , www.inspirarte1000.wordpress.com


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