jueves, 29 de mayo de 2014

La Pintura Victoriana con ALMA‐TADEMA


Del 25 de junio al 5 de octubre de 2014 el  Museo Thyssen‐Bornemisza  presenta a  Alma‐Tadema  y  la  pintura  victoriana  en  la Colección Pérez Simón, una exposición que incluye a algunos de los artistas más emblemáticos de la pintura inglesa del siglo XIX. como Lawrence Alma‐Tadema, Frederic Leighton, Edward Coley Burne‐Jones, Albert J. Moore o John William Waterhouse que cultivaron en sus obras los valores que habían heredado en parte de los prerrafaelitas con fuerte contraste de las actitudes moralistas de la época: la vuelta a la Antigüedad clásica, el culto a la belleza femenina y la búsqueda de la armonía visual, todo ello ambientado en decorados suntuosos y con frecuentes referencias a temas medievales, griegos y romanos.
La muestra, comisariada por Véronique Gerard‐Powell, profesora honoraria de la Université Paris‐Sorbonne, presenta cincuenta obras pertenecientes a la Colección Pérez Simón, una de las más
importantes del mundo en pintura victoriana, ya presentado previamente en París y Roma antes de llegar a Madrid, desde donde viajará también a Londres en el Leighton House Museum, del 14 de
noviembre de 2014 al 29 de marzo de 2015.
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Lawrence Alma‐Tadema. Las rosas de Heliogábalo, 1888. © Colección Pérez Simón, México.
Juan Antonio Pérez Simón ha mostrado en los últimos treinta años un interés especial por la  pintura británica realizada bajo los reinados de la reina Victoria (1837‐1901) y de su hijo Eduardo (1901‐1910), a pesar de haber gozado del éxito y reconocimiento en la época, ha sido ignorada por museos y coleccionistas durante casi un siglo.

En su ecléctica colección constituye sin embargo uno de los ejes principales, con obras emblemáticas como Muchachas griegas recogiendo guijarros a la orilla del mar, de Leighton; El Cuarteto, Tributo del pintor al arte de la música de Moore; Andrómeda, de Poynter; La bola de cristal, de Waterhouse, o Las rosas de Heliogábalo, de Alma‐Tadema; artista, éste último, ampliamente representado tanto en la exposición, con un total de trece obras.

El periodo cronológico que abarca la muestra comienza en 1860, con la disolución de la  Fraternidad Prerrafaelita, y termina cincuenta años después, con el inicio de la Primera Guerra Mundial, cambió drásticamente el gusto de los británicos. Las obras se presentarán en las salas organizadas en torno a seis capítulos temáticos: Eclecticismo de una época; Belleza ideal, belleza clásica; Alma‐Tadema, entre reconstrucción histórica y ensueño; El rostro, espejo de la belleza; Del prerrafaelismo al simbolismo entre tradición y modernidad.
 En la década de 1860, el prerrafaelismo se había  diluido  mientras  se  imponía  un amplio  movimiento  cultural y artístico conocido en  Gran  Bretaña  como  el Aesthetic  Movement  (movimiento estético).  Los pintores vuelven la vista hacia los maestros antiguos; sus obras se inspiran en la cultura clásica grecoromana y en las leyendas medievales de temática artúrica, con la poesía moderna
había  puesto otra  vez de actualidad, y todas tienen en común la celebración de la belleza femenina, representada según  los cánones clásicos.
La mujer se convierte en protagonista absoluta de sus pinturas, son mujeres pensativas, enamoradas, soñadoras, bondadosas, lascivas o malvadas, que se transforman en heroínas de la Antigüedad o del Medievo.
Este culto a la mujer conduce hacia el onirismo y la magia del movimiento simbolista que en ésta época se desarrolla en Europa, en entornos naturales o majestuosos palacios que sirven de decorado para situar unas escenas que sugieren en su mayoría ambientes imaginarios y el cuerpo femenino se muestra evocando el placer sensual, el deseo o el misterio.

La selección de obras que mostrará la exposición permitirá a los
visitantes descubrir cómo el arte británico del siglo XIX siguió un
modelo diferente al del resto de Europa. Londres  era  entonces una destacada capital cultural en la que la creciente actividad de
coleccionistas y marchantes animaba el mercado del arte.
Entre 1860 y 1880 se vivió un auténtico renacimiento, cuándo los artistas empezaron a reflexionar sobre su propia práctica artística.
En ésta época, la Royal Academy de Londres se encontraba en un momento de apogeo, dirigida primero por  Frederic  Leighton (1878‐1896),  brevemente  por John  Everett  Millais  y finalmente por  Edward  John  Poynter  (1896‐1917).
Celebraba  dos exposiciones  al  año,  una  en  verano  y  otra en  invierno. Para  la primera, un comité seleccionaba las obras presentadas por los artistas, que tenían la oportunidad de mostrar sus creaciones más recientes  y  promocionarse profesionalmente;  la  segunda  se organizaba  con  obras prestadas directamente por sus propietarios.
Frente a la hegemonía de la Royal Academy y a su sistema de selección de obras, basado en supuestos más conservadores, se produjeron  varios  intentos de apertura encabezados por artistas más individualistas, como Whistler y Burne‐Jones, que descontentos con la postura de la organización hacia las nuevas tendencias pictóricas, encontraron en los nuevos espacios expositivos abiertos en Londres un lugar para mostrar sus obras.
Es el caso de la Grosvenor Gallery y de su sucesora, la New Gallery, donde pudieron exponer Burne‐Jones, Strudwick, Poynter y el propio Leighton, entre otros.

Además, hubo incluso artistas que presentaban sus cuadros tanto en la Academia como en las nuevas galerías, entre ellos Alma‐Tadema, Millais y  Moore,  gracias  a  que  Leighton  facilitó  la participación  de los seguidores del esteticismo puro en las exposiciones de la Academia.
La segunda mitad del siglo XIX  estuvo marcada también por la instalación de marchantes en Londres que, a su  vez, abrían sucursales en Liverpool,  Manchester,  Birmingham y otras ciudades de provincia, para ejercer de intermediarios entre los vendedores londinenses y los clientes del norte de Inglaterra.
Aunque el mercado del arte se centraba en gran medida en Londres, muchas de las obras que forman parte ahora de la Colección Pérez Simón estuvieron en manos de empresarios y hombres de negocios
de los nuevos centros industriales y comerciales del Reino Unido, que adquirían o realizaban encargos directamente a los artistas. Pero también los propios pintores se regalaban o vendían obras entre sí o a sus amigos y protectores, sin pasar por ningún intermediario.
El martes 23 de septiembre de 2014, la comisaria de la exposición, Véronique Gerard‐Powell, ofrecerá una conferencia en el salón de actos del Museo sobre "La pintura victoriana y el gusto de su época". Experta en arte europeo de los siglos XV al XVII y de la Historia de las colecciones de los siglos XVI al XX, Gerard‐Powell es profesora honoraria de la Université Paris‐Sorbonne.

Video el arte de Sir Lawrence Alma‐Tadema