jueves, 3 de septiembre de 2009

Quinquela; un monumento al tributo para honrar la vida ...

...."Vivir la vida no es lo mismo que honrar la vida" ....
"Los hombres no valen por lo que tienen, ni siquiera por lo que son, valen por lo que dan"
....Cuanto hice y cuánto conseguí, a mi barrio se lo debo ...
De ahí el impulso irrefrenable que inspiró mis funciones. Por eso mis donaciones no las considero tales, sino como devoluciones. Le devolví a mi barrio buena parte de lo que él me hizo ganar con el arte".

"Quinquela Martín"
Por medio de una iniciativa privada y con el homenaje de sus 120 años de su nacimiento, a Quinquela le faltaba su monumento que homenajeara su vida y obra artística.
Encontrándonos en una época de grandes desafíos, la preservación del patrimonio cultural, la identidad y el desarrollo de los pueblos, hace que Industrias Culturales Argentinas junto al maestro escultor boquense Antonio Oriana, lleven adelante el monumento para un artista que impulsó al barrio de La Boca.
Se presentó así un gofrado escultórico en papel con molde original de su imágen que fuera inaugurado en el mes agosto, para el 139º aniversario boquense y que será emplazado el 20 de marzo de 2010 al cumplirse su 120º aniversario de su natalicio.
Su historial dice que el 20 de Marzo de 1890 fue dejando en la Casa de Expósitos un niño que se suponía había nacido tres semanas antes, es por eso que el día de nacimiento de Benito ha sido consignado como el 1º de marzo de ése año. Fue bautizado con los nombres de Benito Juan y se le asignó el apellido Martín. Su primer nombre fue en razón de ser bautizado en el día de San Benito Abad, el 21 de marzo. Casi ocho años después, el 16 de noviembre de 1897 es adoptado por el matrimonio formado por Manuel Chinchella, un genovés que trabajaba de carbonero y Justina Molina, correntina empleada doméstica quienes vivían en la Boca del Riachuelo, serían sus protectores donde vivió toda su vida el maestro.


Cursó tan solo los dos primeros grados de la primaria, y luego se dedicó a repartir el carbón que sus padres adoptivos vendían a los vecinos del barrio en su carbonería en la calle Magallanes 885 que hoy lo recuerda como Museo.
Cuando cumplió 15 años su padre que descargaba carbón en el puerto, lo convocó a trabajar con él, pese a su físico poco adecuado para la tarea, pero por su empeño y rapidez le hicieron ganar el apodo de "EL MOSQUITO".
Al poco tiempo, cuando cuenta 17 años, se inscribió en una academia para cursar dibujo y pintura, con el maestro italiano Alfredo Lázzari, quien fue su único maestro. Completó su formación autodidacta a través de lecturas en la biblioteca del Sindicato de Caldereros, y allí descubrió el libro "El Arte" del escultor francés Auguste Rodin, que lo llevó a dedicar su vida a la creación artística comenzando a dibujar con carbón a sus vecinos y el puerto de la Boca, y fué el pintor del Riachuelo como el más popular de los pintores argentinos. Fue descubierto por el pintor Pío Collivadino cuando era director de la Academia Nacional de Bellas Artes y quién alentó a dedicarse a los temas portuarios.
En 1918 y 1920 recibió el 2º Premio del Salón Nacional y fue reconocido en exposiciones que realizó entre 1922 al 28 en Rio, Madrid, N.Y, Paris, Londres, y La Habana como pintor al captar el espíritu del trabajo en una época de pujanza portuaria en la Boca, que lo hizo reconocido y admirado por todos. Comprometido con su barrio y los niños desprotegidos, fundó tres escuelas, Escuela Museo de Bellas Artes "Pedro de Mendoza", la Escuela de Artes Gráficas y el Jardín de Infantes y ayudó a fortalecer la niñez con un lactario, el Instituto Odontológico Infantil y el Teatro de La Ribera.
Su obra trascendió los museos de Europa y América por su motivos portuarios y étnicos del trabajo resaltando el esfuerzo del hombre al decir:
"He querido que el hombre común se reconozca en mi obra, que sienta que su tarea también tiene grandeza, que aprenda a gozar de la belleza de la luz, y el color..."
Así el "hombre" trascendió al artista al realizar los sueños, mejorar la vida de su gente y a la cuál benefició en su condición de filántropo.
Son pocos los que logran primar su vida en el entorno que lo hizo popular, como "Caminito" que le cantó y popularizó Gardel y inmortalizó Quinquela en la pintura con su paleta volcó su espíritu de valores imborrables. El monumento de 2,4 metros de altura será emplazado en el murallón del puerto de La Boca, frente a la Escuela Pedro de Mendoza y Museo de Bellas Artes Benito Quinquela Martín. Este homenaje pretende poner de manifiesto el valor de la figura de Quinquela no sólo por su calidad artística, sino también por su calidad humana y al hombre que hizo primar su sello personal en la vida por encima de la obra.
Supo conservar sus convicciones, su simpleza, sensibilidad y humildad como las características que lo definían, a lo largo de toda su vida.


La iniciativa de Industrias Culturales Argentinas y el maestro Antonio Oriana junto al presidente de ICA Walter Santoro llevan la concreción del esperado monumento al gran Quinquela cuando expresó ;
"A todo hombre que sueña le falta un tornillo. Este tornillo no los volverá cuerdos; por el contrario los preservará contra la pérdida de esa locura luminosa de la que se sienten orgullosos" y en 1948 funda una cofradía de amigos pintores que impondrá "La Orden del Tornillo" que condecoraba a quiénes sobresalían en su ámbito, y no perdieran la cuota de su locura y fantasía propia de soñador en el arte, con un tornillo dorado pendiente de un cordel, eligiéndose como Gran Maestre de la Orden en su atelier que celebraba los domingos con una comida. Ésta distinción alcanzó a 320 personalidades en todo el mundo de diversas disciplinas como el científico Raúl Matera y el impulsor de la calle Caminito Anibal Carrega, músicos como Marianito Mores y Anibal Troilo, actores como Luis Sandrini y Tita Merello y el escritor Ezequiel Martínez Estrada.


Fue Quinquela al que se lo llamó "pintor del Riachuelo" y nadie mejor que él supo imprimir con su paleta en la tela el trazo inconfundible de la República de la Boca como se la llegó a denominar cuándo fue funcionario de cultura y hacer del arte una fidelidad a su gente, al puerto y a su barrio, que lo dejó un 28 de enero de 1977 donde lo esperó su propio ataúd que tenía preparado y decorado multicolor.



Ver sitioweb; http://www.museoquinquelamartin.buenosaires.gov.ar/

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