jueves, 17 de julio de 2008

La Era RODIN en Buenos Aires

El escultor de rigor académico que cambió el rostro con su aporte renovador a la escultura en el siglo XIX, es la muestra itinerante de 75 obras escultóricas que se exhiben en el Museo de Arte Decorativo en Buenos Aires que aporta el espacio al permitir la muestra actualizar la relación particular que existió entre Rodín y los dueños de la mansión Matías Errázuriz y Josefina de Alvear con las obras precedentes del Museo Soumaya de México y Ponce de Puerto Rico, patrocinados por Telmex y Claro del empresario Slim que recala en distintos destinos y los visitantes al apreciar éstas obras sentirán en el aire la sensación del mármol hecho de carne, el bronce hecho de músculo y la materia hecha de espíritu.
Por tratarse de un artista genio desató en 1894 la polémica y escándalo con acciones judiciales porque consiguió anticipar en su época los criterios estéticos que marcaban le detracción del arte en el siglo XX por lo cuál se creó tanta animosidad contra su persona.
Jean Baptise Auguste Rodin nació un 12 de noviembre de 1840, de origen humilde, su madre Marie Chaffer tres años antes había nacido su hermana Marie, a diferencia de ella le gustaba el dibujo y era trevieso y rebelde y después de estar internado en Beauvais bajo la tutela de un tío paterno, fué devuelto a su casa por incorregible. Al entrar en la madurez era miope y sus dibujos que a él mismo poco le importaban surgieron en una exposición en 1900 cuando fueron descubiertos como obras de arte y estaban tan exparcidos por derecho propio que se continuaron hallando más de ocho mil.
Estudió las artes decorativas de donde se recibió en 1857 y realizar trabajos de ornamentación como dedicarse a enseñar clases de desnudo en vivo y obtener el primer premio en modelado y segundo en dibujo. Para poder sobrevivir trabajaba en escultura ornamental con el artesano Blanché con un salario de 5 Francos por día hasta que conoció los Padres del Santísimo Sacramento que advirtieron su vocación por la escultura y cedieron un cobertizo en el jardín como taller de trabajo y que practicara su arte.
Allí realizó el busto del padre Eymard que lo había acogido y percibió su sensibilidad por la observación que Rodín tenía hacia las transformaciones de la época como la revolución industrial, la fotografía y el arte de Manet que consiguió enfurecer al público con su "Almuerzo sobre la hierba" dónde una mujer desnuda participaba de un pic-nic junto a dos señores vestidos, mientras otra mujer se bañaba semidesnuda en una laguna. Y eso no fué el único escándalo de Manet ya que su obra Olimpia en 1865 es un desnudo provocativo inspirado en la Venus de Ticiano.
Trancurrió Rodín su adolescencia en tiempos de Mme Bovary, de Flaubert y Boudelaire que provocaron mucha indignación en la sociedad moralista. Era la época donde se acentuaban las diferencias entre la fotografía que comenzaba a imponerse frente al arte plástica en decadencia y se imponía la arquitectura con las grandes construcciones de estaciones ferroviarias con el avance del uso del hierro que fascinaba a los impresionistas como Monet que terminó siendo amigo de Rodín.
Continuaron las férreas construcciones de pabellones de Les Halles de Baltard o la biblioteca de Saint-Genevieve de Labrouste. Durante sus continuos trabajos ornamentales, Rodín conoce a Albert-Ernest Carrieu Belleuse, autor de una estatua ecuestre de pedestal que lo convocó a trabajar en Bruselas dónde se construían edificios ornamentados durante varios años, aprovechaba en vender por su cuenta pequeñas estatuas de adorno lo que indignó a Belleuse y lo despidió en el mismo año que moría su madre.
Después de un impase de 13 años que nada se supo de su vida, viaja a Florencia y hace su descubrimiento con la estatua de Miguel Angel y muy angustiado contó; "Todas las estatuas son de apremio tan angustiante que parecían romperse a sí mismas" por la presión demasiado fuerte de su desesperación, comenzó a imprimir toda su fuerza para alentar su persona para trasmitir a la piedra y el metal la luz de su inspiración. Esa luz que el mármol tiene, la hizo reflejar en su modelado aterciopelado en sus obras y en el bronce su acabado perfecto con la fuerza vital.
Muchos críticos de la época en su modelado en vivo lo aceptaban, pero otros criticaban hasta el infundio sus trabajos al presentar sus obras en el Salón parisiense en 1877. Sin embargo "La era del bronce" fué el impacto que premiaron en el Salón y el Estado le compró para los jardines de Luxemburgo la obra que se mantuvo varios años hasta su traslado en Auteuil.
Con el Pensador en bronce obtiene la mayor frustración de su carrera cuando fué a coronar las "Puertas del Infierno" por encargo del Estado en 1880, para destinar a un pórtico del Museo de Arte Decorativo que nunca se terminó.
En París, en el jardín del Hotel Biron, sede del Museo Rodín las figuras múltiples de diferentes formas se destaca la "Divina Comedia" como una obra de torbellino vertiginoso y su inspiración proviene de la "Puerta del Paraíso" de Ghiberti.
En 1884 comenzó a trabajar en el taller como modelo la bella Camille Claudet, hermana del poeta católico Paul Claudet y Rodín se enamoró pese a los 20 años de diferencia menos en su relación la que no fué apacible por ser culta y refinada frente a la medianía intelectual de Rodín. Las tormentosas relaciones dieron lugar a varias separaciones durante 15 años frente a sus amantes consiguieron desequilibrar la psiquis de Camille hasta culminar internándose en un hospicio dónde murió pobre y olvidada en 1813.
Otro cuestionamiento tuvo el escultor con el municipio de Calais en 1884 cuando quería erigir a los ciudadanos de la guerra de los Cien Años ofrecieron ejecutase por el levantamiento al asedio de la ciudad por los burgueses en Calais vestidos con sayos y encadenados ofrecìan al Rey las llaves de la ciudad, sólo la Reina Felipa de Hainault arrodillada pidiendo clemencia a su marido les salvó la vida.
Trás muchas disputas Rodín consiguió inaugurar el monumento en 1895 y la duquesa de Choiseul que se autollamaba la Musa inspiradora del maestro en complicidad con su marido complicó a Rodín con ventas de piezas descartadas en una casona fuera de París dónde recibía a los personajes nobles como Eduardo VII de Inglaterra para vender condecoraciones por sumas importantes.
Durante la Primera Guerra Mundial en 1919 el frío le provoca una apoplegía para terminar con una neumonía y morir el 17 de noviembre y ser sepultado junto a su mujer Rose que murió 3 años antes en Meudon y sobre su tumba inmortal está la estatua del Pensador.
Sus últimas palabras fueron " El mundo sólo será feliz cuando todos los hombres tengan alma de artistas, es decir, cuándo todos sientan el placer de su labor"
En los trabajos de Rodín se inspiraron algunos de sus sucesores que en Argentina fueron Yrurtia, Fioravanti y Lagos que aceptaron su genio innovador, un arte que no fué olvidado.
De nota de Ernesto Schoo