jueves, 31 de diciembre de 2009

SIQUEIROS; el mural de la discordia...

El mural del mexicano Siqueiros, Ejercicio plástico, recuperado de manera milagrosa en una restauración para ser exhibido en la Aduana Taylor, (lo que queda de la vieja aduana), construida por el arquitecto Eduardo Taylor en 1853 fue demolida en 1894 para dar comienzo a las obras de Puerto Madero.
La inversión más de 80 millones de pesos costará la obra encargada a la empresa Dycasa, mientras la restauración del mural costó 600.000 dólares, aportados por empresas privadas; básicamente por Carlos Slim (Telmex-Claro),Carlos Pedro Blaquier (Ledesma) y Paolo Rocca (Techint. El nuevo emplazamiento del mural, ejecutado en 1933por David Alfaro Siqueiros, con la colaboración de Berni, Spilimbergo, Castagnino y Lázaro, fue en la quinta de Natalio Botana, fundador del diario Crítica en Don Torcuato. La mudanza fue tomada por la Presidenta como un asunto de Estado y CFK le dio apoyo al proyecto al anunciar que el mural podrá verse en todo su esplendor para las celebraciones del Bicentenario, descontado que México y la Argentina coinciden en la misma magna celebración.
Fue el destino menos pensado para la pieza desmontada de las paredes del sótano de de la quinta para luego ser guardada en varios contenedores durante 17 años y recuperada después por iniciativa de la Presidenta para lucir en la celebración del Bicentenario Mayo de 1810.
El empresario Mendizábal jamás pudo preveer el destino final de la obra cuando les encargó a los ingenieros Fontán Balestra y Del Carril que desbastaran las paredes de la casa quinta de Botana para retirar la obra y darle semejante destino itinerante.
En la actualidad existe un litigio judicial con la firma Dencanor, que condenó a Ejercicio plástico a una espera en un playón de San Justo hasta el 6 de agosto de este año, cuándo la Presidenta firmó el convenio para la recuperación de la aduana Taylor junto al ministro De Vido, el secretario de Obras Públicas Abel Fatala, y autoridades de la empresa Dycasa SA.
Las obras son financiadas por la Secretaría de Obras Públicas, ejecutadas por la Dirección Nacional de Arquitectura (en un plazo de 18 meses) aprobadas por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, que preside Martín Repetto.
Sin embargo, las últimas informaciones se han teñido de pesimismo en la frenética carrera para su exhibición pública del mural, y por los escollos insalvables para la expropiación definitiva por sus demandantes y la fabulosa inversión anunciada de 84 millones de pesos estaría destinada a refuncionalizar un museo que sería el hogar transitorio del mural de la discordia.